¿Cuándo el maltrato hace trauma en el niño?

Los padres y las madres saben muy bien la dificultad que representa la llegada de los hijos, todo se trastoca y deben adaptarse rápidamente para enfrentar un gran desafío quizás el más grande de sus vidas, pero seguramente el más importante desde el punto de vista de los hijos.

También es fácil reconocer que a veces estamos cansados, hemos tenido problemas en el trabajo o con nuestra pareja y tenemos con nuestro hijo un mal tono, un grito, incluso un golpe. Lo habitual después de esto es que frente al llanto sobreviene la culpa y el reconocimiento de lo excesivo de la reacción. A partir de esto aprendemos e intentamos no volver a tratar así a nuestro hijo.

A veces la culpa es tan grande que nos abruma y nos lleva incluso a consultar a un especialista: “el otro día pegue a mi niño, me siento mal, quiero saber que me paso porque no quiero que me vuelva a suceder”. Este es un buen pedido de consulta, quizás traumatizante para el padre en tanto ha contactado con sus propias escenas infantiles, pero desde luego no lo es para el niño.

¿Por qué?

Porque lo que hace trauma es la pauta, no el acto. La pauta es un estilo de respuestas para un determinado tipo de situaciones. De pautas está hecha lo cotidiano, lo regular, lo normativo, lo “normal” en una determinada familia. El amor familiar queda ligada a las pautas de maltrato. En este contexto las pautas pueden ser más sutiles o más explicitas, pueden representase como maltrato psicológico en forma de gestos en el trato (desconfirmaciones), del estilo del cuidado (manipuaciones), a través de palabras o frases (descalificaciones y desvalorizaciones), o de conductas llegando en su extremo al maltrato físico (con violencia o por negligencia). Sin embargo el maltrato psicológico es más grave y crea  heridas más duraderas porque es “invisible”, dado que  si esta validado por la familia porque moldea la constitución de la personalidad del niño quien luego tendrá dificultades para distinguir el maltrato del amor. Además, siempre que hay maltrato físico hay también maltrato psíquico.

Tened en cuenta que todos los trastornos mentales están vinculado de una u otra forma al maltrato infantil, sucede que antes no se consideraba como tal y, que las personas tenemos recursos para afrontar nuestras carencia, especialmente, si estamos acompañados.

 

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