¿Qué es Psicología Relacional?

La Psicología Relacional no es una escuela teórica, sino que es el resultado del aporte de la transformación sucedida en diferentes escuelas a partir de la transformación epistemológica y tecnológica producida a partir del siglo XX, en la que según el paradigma tradicional, la unidad de estudio era un objeto que debía aislarse del contexto al modo de la física, mientras que en el nuevo paradigma la unidad de estudio es las relación y las interacciones que el objeto establece con su entorno y consigo mismo. Leer más

Un modelo relacional para la evaluación de los trastornos de personalidad

Muchas personas presentan de una u otra manera “trastornos” en el área de la personalidad cuyo fundamento es vincular, ya que es en el vínculo, el terreno donde se despliega las características puntuales del diagnóstico en todo su esplendor. La tarea es entonces reconocer los indicadores que nos permiten identificar el TLP de otros diagnósticos, así como reconocer si hay un tipo de personalidad predominante. Esto tiene sentido en cuanto da pistas del riesgo suicida y fundamentalmente del foco del conflicto.

Cada tipo de personalidad establece tambien una modalidad relacional específica, por lo que, desde una perspectiva vincular, considero fundamental centrar la evaluación en esta área. Al trabajar en el ámbito privado, solo utilizo escalas en el caso informes judiciales, pero fundamentalmente me guío por una entrevista clínica semi estructurada que recoge la siguiente información (expongo aquí una síntesis) que supone el inicio de una evaluación continua, que actualizo en función de sucesos vitales que van aconteciendo a lo largo de la terapia (emancipación, pareja, estudios, paternidad, duelos):

Familia: Historia familiar e individual, antecedentes, vínculo con los padres, exploración de las relaciones familiares por medio de dinámicas activas, genograma, dificultades en la individuación/desvinculación de la familia. Rol en la familia de origen y actual. Efectos de la sintomatología en el funcionamiento de la familia.

Emergencia subjetiva: Situación actual (síntomas), influencia de los síntomas en la vida cotidiana, ciclo vital, recursos de afrontamiento, gestión emocional, integración/disociación emocional y su conciencia de sus efectos en el entorno (pasividad/impulsividad). Nivel de mentalización de la conducta y sus efectos.

Social: Vivienda, situación laboral, estudios, capacidad de implementación de sus recursos profesionales. Evaluación de la red social de apoyo (en cantidad y cualidad según criterio de Sluski). Otras habilidades sociales.

Específicas del tratamiento: demanda, derivación, participación de la familia en el tratamiento, implicación, experiencias previas, expectativas. Focalizo en la alianza terapéutica y la validación de las experiencias subjetivas.

Sobre la supervisión de equipos

 
La función del supervisor no es resolver por el equipo sino desactivar elementos que bloquean la creatividad del grupo y promover una comunicación creativa que dé lugar al aprendizaje grupal y a la producción de soluciones y alternativas a problemas conocidos y la adecuación de las acciones a problemas nuevos.
 
Conviene recordar las palabras de Hernández Aristu “los sistemas no cambian por acción externa, ni siquiera por la acción del supervisor, sino por sí mismos”.

¿Amor vs. Narcisismo?


El amor pone al sujeto en relación con el otro, las fronteras son visibles y algo hay que hacer con ellas. El narcisismo desvanece estás fronteras y, allí donde debería estar el otro, encuentra un reflejo de sí mismo. 

Como en el enamoramiento, que debe ceder a la frustración que produce la aparición del otro como alteridad, para dar lugar al amor. 

El «narcisista» es un perpetuo enamorado. Porque en el enamoramiento lo que se busca es incrementar el sentimiento narcisista de sí mismo. Por eso el enamorado es poderoso, es capaz de cualquier cosa por su amada, es un subidón nivel Dios. Un Dios que fácilmente puede bien tratar y mal tratar, sin limites…

 

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Ya disponible la edición argentina del libro: Acompañamiento Terapéutico en España

Ya podéis acceder a la edición argentina del libro Acompañamiento Terapéutico en España, es una edición especial de la editorial Kuruf que con la ayuda de Mariela Balmaceda de ATTUA, ponemos a vuestra disposición a un precio accesible. 

Hemos ideado esta publicación para que con cada libro que compréis se puedan editar otros 2 y asi hasta que cubrir la demanda, sin otro beneficio que el saber que el libro a podido llegar a las numerosas personas que lo han solicitado por alli.

Muchas gracias por la recepción y por valorar este trabajo que  hemos realizado con muchísimo cariño, esfuerzo y dedicación.

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Un abrazo

Diferencia entre relación terapéutica y vínculo terapéutico

Propongo este pequeño texto para diferenciar dos conceptos que suelen utilizarse como sinónimos, pero que sin embargo, no lo son. Las corrientes actuales en la psicología llamada “relacional”, tienen por principio, considerar el vínculo como unidad de análisis, prestando atención tanto al mundo interno de la persona como al de sus relaciones.

Escuelas como la Teoría Sistémica, la Psicología Transaccional, el Psicodrama, el Psicoanálisis relacional y las escuelas construccionistas entrarían dentro de este marco epistemológico.

Relación terapéutica hace referencia al encuentro entre un terapeuta y un paciente (o como prefieras llamarlo), este encuentro puede variar en cuanto al setting (dentro, fuera, grupal, familiar, etc.) y al contexto (control, asistencial, terapéutico, consultoría, etc.). Mucho puede hablarse y escribirse de la relación terapéutica sin necesidad de hacer referencia al vínculo. De hecho teorías como la sistémica y el psicodrama, hacen poca referencia a ello (salvo cuando describen la teoría del apego). Pienso que esto es así por la connotación que tiene el concepto de vínculo con el psicoanálisis. Esto tiene sentido en su origen, pero este planteamiento es un tanto antiguo, dado que prácticamente todas las teorías en psicologías son tributarias de una u otra forma del psicoanálisis.

Volviendo a nuestro tema, creo que la diferencia entre estos conceptos debe abordarse en términos de complejidad. En tanto el concepto de vínculo es una complejizarían del concepto de relación y lo incluye.

Si bien el concepto de relación es lineal, el vínculo funciona como eje que condensa múltiples dimensiones. En primer lugar habría que identificar el vínculo interno (E.Pichón-Rivière), dimensión donde habitan las relaciones de objeto (R. Fairbairn), el apego (J. Bowlby), y que da cuenta de las relaciones internalizadas a lo largo de la vida de la persona y que constituyen su mundo relacional interno o matriz relacional (J.L. Moreno).

En segundo lugar el vínculo externo, en el que el mundo interior se haya desplegado y a la que se suman las pautas interaccionales (J.Haley) actuales y pasadas (J.Framo), conformando estructuras interaccionales (S.Minuchin) que determinan la forma que afrontaremos los cambios de la vida (M.Erickson) y como definimos nuestra realidad (P.Watzlawick). Cuando hablamos de “relación” en general nos referimos a esta dimensión.

Hay otras dimensiones que se aplican al vínculo como las  relaciones de poder (M.Focault), las relaciones con la cultura y el Estado (P.Bordieu), la inscripción del sujeto en el discurso (J.Lacan) y la forma en que se produce a través de narrativas (M.White). Todas las dimensiones se actualizan en cada acto, conformando escenas que aportan una extremada complejidad al análisis psicoterapéutico, irreductible al mero diagnóstico.

Espero que esta imprecisa síntesis sirva de disparador para vuestras búsquedas e investigaciones, un gran saludo.

Posible relación entre estilos de apego y trastornos de personalidad

El trastorno de la personalidad ha de entenderse como un patrón complejo, automático que estructura la personalidad, lo que nos trae la persona no es un síntoma o una “enfermedad mental” sino su propia personalidad. La personalidad adulta esta en íntima relación con las vicisitudes del entorno relacional en el que se desarrolló y las condiciones de seguridad y sintonía afectiva que proveyeron sus cuidadores. El apego que se establece en los primeros momentos de la vida del bebé es este “hilo invisible sintónico que une a los cuidadores con el bebé”, funciona como un sistema de regulación emocional-relacional del cual depende el desarrollo del psiquismo en función de la seguridad y nutrición relacional que es capaz de proveer. Pone en contacto el apego en desarrollo del niño con el apego de sus padres.

En la práctica, un apego inseguro activa el miedo al abandono y con él los artilugios que la persona haya creado en la relación con otros para sobrevivir a estas sensaciones. El 92% de los pacientes con TLP presentan apego inseguro, según Fonagy, él plantea que el TLP es un trastorno del bebé, ya que presentan similitudes con las reacciones de reclamos del bebé. El apego queda asociado a una situación de peligro, de abandono, lo que vuelve intolerante a la persona a la soledad. El adulto va a necesitar el reflejo del otro para mantener su identidad, precisamente porque el apego se estructura en función de la capacidad de maternaje/sintonía de los padres. Si los padres/cuidadores no sintonizan, trasladan sus emociones generando una autoimagen inestable, las pautas de apego se trasmiten de forma trangeneracional. “El papel del terapeuta es análogo al de una madre que ofrece a su hijo una base segura desde la cual explorar el mundo”, “la primera tarea del terapeuta ha de ser proveer al paciente una base segura desde la cual explorar los múltiples aspectos desdichados y dolorosos de su vida, pasados y presentes, en muchos de los cuales encuentra difícil o quizás imposible pensar y reconsiderarlos sin un compañero fiable que le provea apoyo, aliento, simpatía y en ocasiones, orientación”, John Bowlby.

 

El efecto Dunning-Kruger. ¿Conoces a alguien asi?


La relación entre estupidez y vanidad se ha descrito como el efecto Dunning-Kruger, según el cual las personas con escaso nivel intelectual y cultural tienden sistemáticamente a pensar que saben más de lo que saben y a considerarse más inteligentes de lo que son. El fenómeno fue rigurosamente estudiado por Justin Krugger y David Dunning, psicólogos de la Universidad de Cornell en Nueva York, y publicado en 1999 en “The Journal of Personality and Social Psychology”. Se basa en los siguientes principios:
1º. Los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades; y
2º. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.

Antes de estos estudios sospechábamos que la mayoría tendemos a valorarnos a nosotros mismos por encima de la media, cosa que, lógicamente, es estadísticamente imposible, pero Krugger y Dunning lo demostraron fielmente en un experimento consistente en medir las habilidades intelectuales y sociales de una serie de estudiantes y pedirles una auto-evaluación posterior. Los resultados fueron sorprendentes y reveladores: Los más brillantes estimaban que estaban por debajo de la media; los mediocres se consideraban por encima de la media, y los menos dotados y más inútiles estaban convencidos de estar entre los mejores.

Estas observaciones, además de curiosas me parecen preocupantes, pues según ellas los más incompetentes no sólo tienden a llegar a conclusiones erróneas y tomar decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello..

Jesús J. de la Gándara Martín
Jefe de Redacción de la Revista Cuadernos de Medicina Psicosomática

Niveles de Análisis para la Intervención Socio Comunitaria

 
 
La clave para entender este cuadro es pensar que se trata de conjuntos superpuestos, lo que significa por ejemplo que a nivel de la táctica (en el aquí y ahora del trato con la persona que acompañamos) se encuentran interviniendo las demás dimensiones, asi como que hay áreas de la dimensiones subsiguiente que quedan por fuera de nuestra intervención.
 
Una de las consecuencias de este planteamiento es que la formación no puede centrarse exclusivamente en una de estas áreas sin tener en cuenta su relación con la demás. Puede suceder, por ejemplo que, aun habiendo logrado una buena sintonía y conseguido una buena alianza terapéutica a nivel de la táctica, no se haya establecido una estrategia suficientemente buena que obstaculice el despliegue de una táctica efectiva a lo largo del tiempo. Produciéndose por lo tanto, conflictos a nivel del funcionamiento del equipo o a nivel de la relación con otros actores terapéuticos como pueden ser la familia, los servicios de salud mental y los servicios sociales.
 
Desde esta perspectiva entonces, la Estrategia tendría la función de integrar la dimensión Política (esto es el discurso que sostiene la intervención y su relación con otros discursos en juego) con la Táctica, por ejemplo a través de consignas, objetivos o pautas generales de intervención.
 
Finalmente, si bien toda táctica debe estar atravesada por coordenadas estratégicas, políticas y éticas, hay aspectos de esta última que no se incluyen en las anteriores, ya que nos interesa de la ética sus dimensión práctica, aquella que aplica sobre nuestra intervención, como es la concepción de sujeto/otro, salud mental/enfermedad, dependencia/autonomía, entre otras.
 
La táctica vincula al paciente, la estrategia resguarda a la táctica, la política ampara a la estrategia, y la ética sujeta a la política en la que se inscribe el acto terapéutico de nuestro equipo.