Ya disponible la edición argentina del libro: Acompañamiento Terapéutico en España
Ya podéis acceder a la edición argentina del libro Acompañamiento Terapéutico en España, es una edición especial de la editorial Kuruf que con la ayuda de Mariela Balmaceda de ATTUA, ponemos a vuestra disposición a un precio accesible.
Hemos ideado esta publicación para que con cada libro que compréis se puedan editar otros 2 y asi hasta que cubrir la demanda, sin otro beneficio que el saber que el libro a podido llegar a las numerosas personas que lo han solicitado por alli.
Muchas gracias por la recepción y por valorar este trabajo que hemos realizado con muchísimo cariño, esfuerzo y dedicación.
Puedes conseguirlo clickeando en el siguiente enlace MERCADO LIBRE
Un abrazo
Diferencia entre relación terapéutica y vínculo terapéutico
Propongo este pequeño texto para diferenciar dos conceptos que suelen utilizarse como sinónimos, pero que sin embargo, no lo son. Las corrientes actuales en la psicología llamada “relacional”, tienen por principio, considerar el vínculo como unidad de análisis, prestando atención tanto al mundo interno de la persona como al de sus relaciones.
Escuelas como la Teoría Sistémica, la Psicología Transaccional, el Psicodrama, el Psicoanálisis relacional y las escuelas construccionistas entrarían dentro de este marco epistemológico.
Relación terapéutica hace referencia al encuentro entre un terapeuta y un paciente (o como prefieras llamarlo), este encuentro puede variar en cuanto al setting (dentro, fuera, grupal, familiar, etc.) y al contexto (control, asistencial, terapéutico, consultoría, etc.). Mucho puede hablarse y escribirse de la relación terapéutica sin necesidad de hacer referencia al vínculo. De hecho teorías como la sistémica y el psicodrama, hacen poca referencia a ello (salvo cuando describen la teoría del apego). Pienso que esto es así por la connotación que tiene el concepto de vínculo con el psicoanálisis. Esto tiene sentido en su origen, pero este planteamiento es un tanto antiguo, dado que prácticamente todas las teorías en psicologías son tributarias de una u otra forma del psicoanálisis.
Volviendo a nuestro tema, creo que la diferencia entre estos conceptos debe abordarse en términos de complejidad. En tanto el concepto de vínculo es una complejizarían del concepto de relación y lo incluye.
Si bien el concepto de relación es lineal, el vínculo funciona como eje que condensa múltiples dimensiones. En primer lugar habría que identificar el vínculo interno (E.Pichón-Rivière), dimensión donde habitan las relaciones de objeto (R. Fairbairn), el apego (J. Bowlby), y que da cuenta de las relaciones internalizadas a lo largo de la vida de la persona y que constituyen su mundo relacional interno o matriz relacional (J.L. Moreno).
En segundo lugar el vínculo externo, en el que el mundo interior se haya desplegado y a la que se suman las pautas interaccionales (J.Haley) actuales y pasadas (J.Framo), conformando estructuras interaccionales (S.Minuchin) que determinan la forma que afrontaremos los cambios de la vida (M.Erickson) y como definimos nuestra realidad (P.Watzlawick). Cuando hablamos de “relación” en general nos referimos a esta dimensión.
Hay otras dimensiones que se aplican al vínculo como las relaciones de poder (M.Focault), las relaciones con la cultura y el Estado (P.Bordieu), la inscripción del sujeto en el discurso (J.Lacan) y la forma en que se produce a través de narrativas (M.White). Todas las dimensiones se actualizan en cada acto, conformando escenas que aportan una extremada complejidad al análisis psicoterapéutico, irreductible al mero diagnóstico.
Espero que esta imprecisa síntesis sirva de disparador para vuestras búsquedas e investigaciones, un gran saludo.
Posible relación entre estilos de apego y trastornos de personalidad
El trastorno de la personalidad ha de entenderse como un patrón complejo, automático que estructura la personalidad, lo que nos trae la persona no es un síntoma o una “enfermedad mental” sino su propia personalidad. La personalidad adulta esta en íntima relación con las vicisitudes del entorno relacional en el que se desarrolló y las condiciones de seguridad y sintonía afectiva que proveyeron sus cuidadores. El apego que se establece en los primeros momentos de la vida del bebé es este “hilo invisible sintónico que une a los cuidadores con el bebé”, funciona como un sistema de regulación emocional-relacional del cual depende el desarrollo del psiquismo en función de la seguridad y nutrición relacional que es capaz de proveer. Pone en contacto el apego en desarrollo del niño con el apego de sus padres.
En la práctica, un apego inseguro activa el miedo al abandono y con él los artilugios que la persona haya creado en la relación con otros para sobrevivir a estas sensaciones. El 92% de los pacientes con TLP presentan apego inseguro, según Fonagy, él plantea que el TLP es un trastorno del bebé, ya que presentan similitudes con las reacciones de reclamos del bebé. El apego queda asociado a una situación de peligro, de abandono, lo que vuelve intolerante a la persona a la soledad. El adulto va a necesitar el reflejo del otro para mantener su identidad, precisamente porque el apego se estructura en función de la capacidad de maternaje/sintonía de los padres. Si los padres/cuidadores no sintonizan, trasladan sus emociones generando una autoimagen inestable, las pautas de apego se trasmiten de forma trangeneracional. “El papel del terapeuta es análogo al de una madre que ofrece a su hijo una base segura desde la cual explorar el mundo”, “la primera tarea del terapeuta ha de ser proveer al paciente una base segura desde la cual explorar los múltiples aspectos desdichados y dolorosos de su vida, pasados y presentes, en muchos de los cuales encuentra difícil o quizás imposible pensar y reconsiderarlos sin un compañero fiable que le provea apoyo, aliento, simpatía y en ocasiones, orientación”, John Bowlby.
El efecto Dunning-Kruger. ¿Conoces a alguien asi?
La relación entre estupidez y vanidad se ha descrito como el efecto Dunning-Kruger, según el cual las personas con escaso nivel intelectual y cultural tienden sistemáticamente a pensar que saben más de lo que saben y a considerarse más inteligentes de lo que son. El fenómeno fue rigurosamente estudiado por Justin Krugger y David Dunning, psicólogos de la Universidad de Cornell en Nueva York, y publicado en 1999 en “The Journal of Personality and Social Psychology”. Se basa en los siguientes principios:
1º. Los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades; y
2º. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.
Antes de estos estudios sospechábamos que la mayoría tendemos a valorarnos a nosotros mismos por encima de la media, cosa que, lógicamente, es estadísticamente imposible, pero Krugger y Dunning lo demostraron fielmente en un experimento consistente en medir las habilidades intelectuales y sociales de una serie de estudiantes y pedirles una auto-evaluación posterior. Los resultados fueron sorprendentes y reveladores: Los más brillantes estimaban que estaban por debajo de la media; los mediocres se consideraban por encima de la media, y los menos dotados y más inútiles estaban convencidos de estar entre los mejores.
Estas observaciones, además de curiosas me parecen preocupantes, pues según ellas los más incompetentes no sólo tienden a llegar a conclusiones erróneas y tomar decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello..
Jesús J. de la Gándara Martín
Jefe de Redacción de la Revista Cuadernos de Medicina Psicosomática
Niveles de Análisis para la Intervención Socio Comunitaria

10 Tips metodológicos para acompañantes terapéuticos/as
1- No se puede ser amigo del acompañado pero tampoco no se puede no serlo.
2- Lo que diferencia el acompañamiento terapéutico del acompañamiento normal es el setting o encuadre terapéutico, éste tiene una parte manifiesta (el contrato) y otra tácita (las reglas internas relacionales que se van actualizando y complejizando en la medida que avanza la relación).
3- El vínculo es, entre otras cosas, una pauta, un patrón en movimiento. Identifica su funcionamiento y cuál es tu rol en el mismo.
4- El objetivo del rol acompañante es siempre brindar seguridad en la relación al acompañado, pero siempre hay más demandas en juego. Recoge las diferentes demandas (usuario, familia, instituciones) para consensuarlas con tu equipo e integrarlas en la intervención, la continuidad del tratamiento depende de la transacción con cada una de las partes interesadas.
5- Vincular es hacer grupo. El vínculo es una construcción conjunta y co-actual, por lo que todo suceso dentro del acompañamiento es consecuencia en gran medida de esta producción grupal.
6- Todos los encuentros requieren de un primer momento de caldeamiento y acomodación mutua (acompañante/acompañado) para que el vínculo sea más flexible y espontáneo.
7- Acompañamos a una persona y a su entorno, conviene crear recursos metodológicos para registrar, analizar e intervenir sobre este entorno, sea este familiar o institucional.
8- Todo AT implica una función clínica y una función social, a la que se corresponden intervenciones terapéuticas y comunitarias.
9- No hay Acompañamiento Terapéutico sino Acompañamiento/s Terapéutico/s. El aumento de la inserción de AT en diferentes ámbitos de intervención ha llevado a qué no haya un solo modo de hacer AT, reflexiona y refuerza metodológicamente la modalidad de AT que haces tú.
10- Confía en tu espontaneidad trabajada, forjada a base de experiencia, formación, debates con colegas, supervisión y si has tenido la oportunidad, entrenamiento de la espontaneidad mediante dinámicas de grupo.
Extra: El acompañado no es «el otro», «el otro» eres Tú.
¿Reconoces las descalificaciones familiares?
La poeta Gloria Fuertes nos regala una escena autobiográfica que es un ejemplo de descalificación familiar, uno de los tipos de maltrato psicológico relacional (junto con el rechazo, la desvalorización y la desconfirmación).
«Gloria escribe su primer cuento»
Un día, mientras comía con su familia, Gloria decidió que de mayor quería ser escritora. Acababa de cumplir nueve años. Ese día tocaba comer judías con patatas.
-Mamá, quiero ser escritora-dijo Gloria.
-Calla, anda, calla-dijo su mamá-. Tonterías las justas. A sus hermanas les dio la risa.
-¿Cómo vas a escribir si eres tonta del bote?-dijo su hermana la mayor.
Su papá solía defenderla en esos casos, pero ese día estaba en el trabajo.
-No sabes ni atarte los zapatos-dijo su otra hermana-. Y siempre lo estás perdiendo todo.
-El tiempo sobre todo. Eso es lo que más pierdes -dijo su mamá.
Su hermana la mayor le dio una colleja. Gloria miró una patata grande que estaba en el plato y se imaginó que ella era esa patata y no tenía oídos para escuchar todas las cosas malas que le decían.
Después de comer se encerró en su cuarto, apoyó una silla bajo el pomo de la puerta para que nadie entrara y empezó a escribir un cuento en unas hojas sueltas. «Tengo que ser escritora, si no escribo se me van a quedar todas las historias dentro y me voy a poner mala», pensó Gloria.
El cuento que tenía en la cabeza se titulaba «Tranquilón el camaleón» y trataba sobre un cama león que no quería salir de la cama porque no sopor taba a su familia. Su mamá llamó a la puerta y le ordenó que abriera, pero Gloria respondió que no podía, que estaba ocupada.
-Esta niña está loca-murmuró su mamá des de el pasillo.
Cuando terminó de escribir el cuento, Gloria cosió las hojas con hilo y les dio forma de librito. Dibujó en la portada a Tranquilón el camaleón tocando la harmónica y salió del cuarto a toda prisa. Necesitaba encontrar a su público. Empezó a llamar a las puertas de los apartamentos en los que sabía que vivían niños y se puso a reclutarlos. Reunió en torno a la escalera a cinco niñas, tres niños y un pato de juguete y se sentó en los escalones carcomidos para leerles el cuento. Empezó a leer. Las niñas la miraban alucinadas, un par tenían la boca abierta. Gloria ya no quería ser patata, prefería ser poeta.
A pocos metros, sus hermanas la espiaban des de una puerta entreabierta. En la cara se les notaba la envidia.
En «El libro de Gloria Fuertes para niñas y niños»
Tres maneras de huir del peligro ¿cuál es la tuya?
Cuando estamos ante una situación de peligro (real o percibido) se activa nuestro sistema de alerta, hay una relación entre la activación biológica innata y el grado en que simbolización que intercede entre la activación y el acto, que va desde huir desde la parálisis, el huir despavorido y las formas más complejas, ir a por todas y huir hacia adelante o la retirada estratégica que responde al principio: soldado que huye sirve para otra guerra. Te propongo que encuentres cual es la tuya: Leer más
¿Cuándo el maltrato hace trauma en el niño?
Los padres y las madres saben muy bien la dificultad que representa la llegada de los hijos, todo se trastoca y deben adaptarse rápidamente para enfrentar un gran desafío quizás el más grande de sus vidas, pero seguramente el más importante desde el punto de vista de los hijos.
También es fácil reconocer que a veces estamos cansados, hemos tenido problemas en el trabajo o con nuestra pareja y tenemos con nuestro hijo un mal tono, un grito, incluso un golpe. Lo habitual después de esto es que frente al llanto sobreviene la culpa y el reconocimiento de lo excesivo de la reacción. A partir de esto aprendemos e intentamos no volver a tratar así a nuestro hijo.
A veces la culpa es tan grande que nos abruma y nos lleva incluso a consultar a un especialista: “el otro día pegue a mi niño, me siento mal, quiero saber que me paso porque no quiero que me vuelva a suceder”. Este es un buen pedido de consulta, quizás traumatizante para el padre en tanto ha contactado con sus propias escenas infantiles, pero desde luego no lo es para el niño.
¿Por qué? Leer más